Todos los profesores
somos herederos. De forma directa o indirecta, somos los heredemos de todos los
estudiantes que de una u otra forma han participado en los procesos educativos y
formativos de otros maestros. Sean de otros años, de otros colegios, de otros
contextos, pero somos herederos. He ahí la herencia parcial, total, incompleta,
limitada, como la queramos llamar, pero al fin de cuentas herencia. Aun cuando
el niño venga de su casa al primer año de estudio en párvulos, pre jardín o transición,
somos herederos de los primeros maestros que tienen los niños, es decir de sus familias,
de sus papás.
Y aunque parezca
limitada la comparación si nos detenemos a reflexionar por un instante los
estudiantes que recibimos en sexto, por ejemplo, traen consigo todo un acervo
de costumbres, formas de ser, metodologías de trabajo, conocimientos, y también
de dudas, preguntas, inquietudes, así como de muchas ganas de conocer y de que la
escuela resulte a fin de cuentas realmente significativa para sus vidas.
Esa quizás sea la reflexión
para esta entrada al blog, dado que los niños que encontramos en sexto, por
ejemplo, son el más grande tesoro que ha sido acompañado, formado, cuidado y aun
en forma no acabada, se nos ha confiado de manos de sus benefactores más
directos, es decir de sus maestros de grado quinto, al igual que de sus
familias y padres en sus respectivos hogares.
Y como quien recibe
una gran herencia quiere invertirla, hacerla crecer, trabajar con ella, ver de qué
se trata, con qué se cuenta para poder hacer cosas nuevas y que eso tan
preciado, lo que se nos confía crezca cada día más y más. Al final de cuentas
seremos nosotros como maestros quienes decidimos sí hacerlos crecer como
personas, o estancarnos con ellos, o sencillamente echar en saco roto y mal
lograr el bien particular que se nos ha confiado.
Yo prefiero crecer
con ellos, reconociendo la gran labor que los maestros de años pasados han
hecho. Que no han crecido como se espera, sí, quizás eso acontezca más de lo
que se piensa pero ahí está el reto. Crecer a la par con ellos.
Como heredero de
este gran tesoro, quiero presentar a continuación el trabajo de un estudiante
que realizo varios trabajos en compañia de su familia y para unas vaciones para unas clases
de ciencias. Un estudiante bastante participativo, interesado
en la clase, activo además, y que atesoró y guardo aquellos trabajos que
realizó varios meses antes. Este año, y al ver que estábamos profundizando en algunos
temas de los vistos por él, decidió compartirme los trabajos.
Pongo a consideración
los trabajos porque me parecen de una calidad impresionante. Sobre su realización
el estudiante fue claro y sincero de entrada al decir que los había construido
en familia, con su padre y considero que ese es un factor bastante importante en la educación
de hoy en día. No insinuo, como se puedan llegar a pensar, que los padres sean
los que realicen los trabajos de sus hijos, como pueda pase en muchos casos, pero si invito al acompañamiento y realizar los
trabajos junto a ellos.
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Sistema Óseo. |
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Sistema Óseo. Detalle 1. |
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Sistema Óseo. Detalle 2. |
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Sistema Óseo. Detalle 3. |
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Sistema Muscular. |
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Sistema Muscular. Detalle 1. |
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Sistema Muscular. Detalle 2. |
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Sistema Muscular. Detalle 3. |
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Sistema Muscular. Detalle 4. |
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Sistema Muscular. Detalle 5. |
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Sistema Nervioso. |
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Sistema Nervioso. Detalle 1. |
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Sistema Nervioso. Detalle 2. |
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Sistema Nervioso. Detalle 3. |
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Sistema Nervioso. Detalle 4. |
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Sistema Circulatorio. |
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Sistema Circulatorio. Detalle 1. |
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Sistema Circulatorio. Detalle 2. |
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Sistema Circulatorio. Detalle 3. |
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Sistema Circulatorio. Detalle 4. |
Compartir el solo momento,
el espacio de interacción, que es algo que hoy día no se ve, y sentarse y
pensar cómo hacerlos, buscar la motivación para que sean trabajos de calidad y que al ver el resultado el estudiante se motive con la clase, se interese en profundizar, lo intrigue el misterio por indagar cada vez más en ciencias, es algo demasiado
representativo para mí como maestro. Y ver que el resultado (todos
los trabajos) son atesorados porque aparte de ser estéticamente significativos, también guardan
un tiempo valiosísimo para el niño y es el tiempo de compartir en familia, los recuerdos de las vacaciones en familia con los primos, pensando en un
mismo objetivo.
Como profesor de
sexto, tengo que reconocer que soy heredero de todo eso, del amor de su familia y
del interés de estudiante por aprender los tesoros valiosos del conocimiento. También soy heredero
del trabajo esmerado de la profesora Montenegro de quinto que se preocupó en
inculcar y transmitir el autocuidado, el cariño por las ciencias y el sentimiento de orgullo al hacer las cosas de forma dedicada. Soy heredero y espero
hacer crecer esa fortuna y heredársela responsablemente, una vez transformada, a
los docentes de los otros años, hasta que al culminar su formación podamos
entregarle, tanto al padre de familia, como profesores y toda la comunidad académica
en general, este gran tesoro que es la educación a su heredero original, al único
dueño de todo esto: al estudiante que culmina su formación básica y
media y que cuenta con una inimaginable riqueza. Al estudiante que se ha de
desempeñar de la mejor forma posible, porque cuenta con las herramientas para
vivir de forma responsable, sean en el oficio
que él escoja, y que si su futuro está en la universidad por decisión propia,
saber que el conocimiento es un fuerte aliado en su camino.
Ideas Para Mi
Mundo.
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